jueves, 8 de mayo de 2008

La nueva sanidad madrileña II



Ocurre una cosa muy curiosa en la sanidad privada: muchos de los hospitales concertados con compañias aseguradoras privada son de corte religioso, véase "La Milagrosa" en Madrid, Sagrado Corazón en Sevilla, y así infinidad de hospitales que siguen principios morales católicos en muchas prácticas médicas.

Cuando una personita de a pie se hace un seguro de Salud o de Asistencia Sanitaria, cree ganar atenciones y prestaciones que no tienen en la Sanidad Pública.
Pero cuando la cruda realidad entra en juego, se ve la verdad de las cosas, y en atenciones muy comunes como acudir de urgencias a por la píldora post-coital, pues no se la dan por ser norma en el centro (e ir en contra de los principios de la Santa Iglesia Católica). Ya de abortos ni hablamos.

Otro factor a sumar en la Sanidad Madrileña actual es que muchos centros, hospitales o ambulatorios están empezando a ser gestionado en parte por empresas privadas, como Capio Sanidad, empresa sueca con numerosos hospitales por todas la geografía española.
El debate de esta gestión mixta en hospitales es amplio, ya que muchos partidarios defienden la postura de que la empresa privada dará eficacia a un sistema saturado. Pero no debemos olvidar, que como empresa, y como privada, no deja de ser un negocio.

Ese es el riesgo que se puede correr con este tipo de gestiones mixtas, ya que en una gestión totalmente privada, ya entra en juego el beneficio económico, con la gestión mixta se puede derivar en un posible conflicto de intereses, olvidandose la verdadera finalidad de la sanidad pública, que no redunde necesariamente en la atención al paciente, que es lo fundamental.
Pues eso, unido a la presencia clerical en Comités de ética y de cuidados palitivos, ya puede ser la bomba. Eso sí, el paciente seguirá aguantando lo suyo, pero posiblemente con más dolor, ya que por el sr. capellán del comité de ética no se apruebe una sedación palitiva.

Y a pesar de todo lo que sufrimos los beneficiarios de la saturada Sanidad Pública (a precio cero, demanda infinita) no debemos de olvidar que tenemos un magnífico sistema sanitario (con sus peros, claro, pero magnífico), al cual, ninguna multinacional privada de la sanidad se podrá igualar en siglos.

A Dios, lo que es de Dios, y a la medicina, sus pacientes...

Un saludo.

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